Los cambios hormonales que provoca el embarazo afectan a la cavidad bucal de la futura madre, aumentando el riesgo de caries y de problemas en las encías.
Por eso es importante acudir al odontólogo durante la gestación para que se asegure de que no existe ningún problema o para tratarlo, en caso de que lo haya.
El hecho de comer más frecuentemente – como ocurre en los meses de embarazo -, especialmente dulces, una higiene oral insuficiente y la presencia de vómitos y acidez contribuyen a erosionar el esmalte dental, lo que favorece la aparición de caries.
Por su parte, los problemas más habituales que suelen aparecer en relación con las encías como son enrojecimiento, inflamación y sangrado, que se conoce como gingivitis. Ésta aparece generalmente entre el tercer y el octavo mes de embarazo y desaparece tras el parto.