Toxoplasmosis

La toxoplasmosis es una enfermedad provocada por un parásito llamado toxoplasma gondii que transmiten los animales y sus excrementos.

Alrededor de la mitad de las mujeres – en concreto entre el 50 y el 60% de ellas- han pasado la enfermedad antes de quedarse embarazadas pero no lo saben, ya que los síntomas son muy leves y pueden confundirse a veces con los de un catarro común.

En el caso de no haberla padecido, se calcula que 1 de cada 1000 embarazadas pueden contraerla durante la gestación.

La toxoplasmosis se transmite por vía placentaria cuando la madre padece su primera infección durante la gestación por eso es importante evitar que la madre se infecte, sobre todo, en la primera mitad de la gestación.

¿Cómo se contagia la toxoplasmosis?

  1. Por contacto con gatos infectados o con sus excrementos.
  2. Por consumir carne poco cocinada y frutas y verduras mal lavadas.
  3. Por realizar labores de jardinería, ya que el parásito puede encontrarse en la tierra.

En los primeros meses del embarazo, un análisis de la sangre materna nos permitirá saber si ya ha pasado la enfermedad y, si no es así, establecer las medidas preventivas necesarias.

¿Cómo evitar el contagio?

  1. Lávate bien las manos si manipulas el arenero en el que defeca tu gato.
  2. Usa guantes en caso de que practiques tareas de jardinería.
  3. Cocina suficientemente la carne a más de 60 grados o congélala previamente por debajo de 20 grados.
  4. Lava bien los cuchillos y utensilios con los que manipulas la carne cruda.
  5. Bebe leche pasteurizada y lácteos elaborados a partir de leche pasteurizada.
  6. Bebe agua de origen seguro.
  7. Lava adecuadamente las verduras, frutas y hortalizas.

¿Qué efectos puede tener la toxoplasmosis en el embarazo y en el bebé si se contrae la infección en la primera mitad de la gestación?

  1. La infección puede causar un aborto espontáneo y la muerte del bebé al nacer o poco después del nacimiento.
  2. Puede afectar al cerebro del bebé, provocando retrasos mentales, trastornos motrices, parálisis cerebral y epilepsia.
  3. También puede afectar a otros órganos, generalmente los ojos, y provocar alteraciones visuales y, en algunos casos, ceguera.
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