Células madre

Las células madres son células inmaduras que tienen la capacidad de diferenciarse o convertirse en tipos diferentes de células del cuerpo (órganos y tejidos como piel, músculos, huesos, sangre y fibras nerviosas). También pueden dividirse para reponer otras células que se hayan dañado.

Cuando las células madres se dividen pueden multiplicarse o convertirse en otras células como una célula muscular, un glóbulo rojo o una célula nerviosa.

Tres tipos de células madre

  1. Embrionarias. Se extraen de embriones. Son totipotenciales, es decir, pueden dar lugar a cualquier otro tipo de célula. Su uso plantea muchos problemas éticos y legales, por ello se utilizan sólo en investigación.
  2. De cordón umbilical. Se extraen del cordón umbilical. Son biológicamente superiores a las células madres adultas de la médula ósea, ya que tienen propiedades iguales a las embrionarias. No presentan ningún problema ético
  3. Adultas. Están en diferentes tejidos como la medula ósea. No son tan flexibles como las células embrionarias o las del cordón umbilical.

¿Qué ventajas suponen las células madre del cordón umbilical?

  1. Se extraen de forma sencilla, indolora y sin ningún riesgo para la madre o el bebé.
  2. Tienen propiedades similares a las embrionarias, pero no plantean objeciones éticas en su obtención y aplicación.
  3. Tienen una vida útil notablemente más larga y son biológicamente superiores a las células madre de la medula ósea.
  4. Se ocupan de la reparación del organismo, sustituyendo a las células que se han ido destruyendo.
  5. Poseen un alto potencial para tratar enfermedades, especialmente en medicina regenerativa, ya que los tejidos que crecen a partir de las células madre del propio organismo no sufren rechazo por parte del sistema inmune.
  6. Son 100% compatibles con el propio niño.
  7. Si se donan a otro miembro de la familia, son menos exigentes que las células madre de la medula ósea, aunque haya ligeras incompatibilidades de tejidos.

Usos de las células madre

Aplicaciones actuales: Trasplante autólogos (con sangre de cordón de paciente) o alogénico (con sangre de un donante compatible, como un hermano).

Ejemplos: leucemias agudas y crónicas, linfomas, aplasia medular, tumores germinales…

Aplicaciones en ensayos clínicos: diabetes infantil tipo I, regeneración del miocardio, neurorregeneración (Ictus, Parkinson, Alzheimer, esclerosis lateral amiotrófica -ELA-, corea de Huntington), enfermedad de Chron y parálisis cerebral.

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