Vida sexual y embarazo

La sexualidad en el embarazo es un tema que, hoy en día, sigue generando dudas y ansiedad, por cuestiones educacionales, por experiencias previas, por considerar que el embarazo es una situación peculiar.

Las relaciones sexuales son seguras en una gestación normal, pero los cambios que la mujer experimenta durante el embarazo pueden tener consecuencias en sus relaciones sexuales: aumenta el peso y el volumen, sobre todo a nivel de abdomen, los genitales adoptan un tono más oscuro, las mamas aumentan de tamaño y la distensión de la piel hace que se transparenten las venas , las areolas se agrandan y oscurecen, las encías se inflaman y pueden sangrar con más facilidad…

Cada trimestre lleva asociados unos síntomas, temores y malestares que afectan a la libido de la mujer.

La mujer puede sentirse insegura por tener kilos de más y puede pensar que su pareja la ve menos atractiva.

Hay diversas situaciones y cada una influye de forma diferente: una pareja a la que le ha costado mucho conseguir un embarazo no experimenta los mismos pensamientos ni vivencias que una pareja que ya tiene dos hijos o una pareja adolescente.

La pareja de la mujer embarazada ha de asumir la nueva situación, puede notar disminución del deseo sexual, tener miedos, dudas… Ha de pensar que muchas mujeres se sienten vulnerables, sensibles y pueden necesitar más mimos, caricias y cuidados.

La sexualidad no se basa únicamente en el coito, hay que utilizar también otros recursos como las fantasías sexuales, el masaje sensitivo, las caricias, el contacto y la masturbación.

Tan sólo se desaconsejan las relaciones sexuales en aquellos embarazos complicados con alto riesgo de parto prematuro (amenaza de parto prematuro, rotura de la bolsa amniótica, placenta previa, cuello uterino corto, polihidramnios, etc…), ya que el orgasmo puede provocar contracciones que podrían ser perjudiciales.

Cambios durante el primer trimestre del embarazo

  1. Puede existir una disminución de la libido a causa de los cambios que se producen en el embarazo: el cansancio, las náuseas, los vómitos…
  2. 
 Hay un aumento de la sensibilidad y cierta sensación de turgencia mamaria que en algunas mujeres puede llegar a ser molesta.
  3. 
 Puede existir cierto nivel de ansiedad por el miedo a interrumpir la gestación, aunque las relaciones son seguras en un embarazo normal.
  4. 
 Debido a la mayor vascularización de la vagina y del cuello del uterino, se puede producir alguna pequeña pérdida de sangre tras la relación coital, que no implica problemas para el bebé.

Cambios durante el segundo trimestre

Durante el segundo trimestre la situación cambia considerablemente, ya que han desaparecido muchos de los temores y los malestares iniciales. En esta etapa se suele volver a la sexualidad previa al embarazo y, en algunos casos, las relaciones pueden ser más satisfactorias debido a los cambios fisiológicos que se producen.

Entre ellos:

  1. Mayor vascularización y congestión de los tejidos que envuelven la vagina, así como una mayor lubrificación, lo que puede aumentar la excitación.
  2. El orgasmo puede producir alguna contracción que se considera fisiológica.
  3. Es el momento de adaptarse a nuevas posturas, pues a medida que va aumentando el tamaño del útero ciertas posiciones pueden resultar incómodas, algo especialmente relevante en el último trimestre del embarazo. Una de las posturas que os puede resultar cómoda es con la mujer encima, pues así ella controla su peso, el grado de penetración y la intensidad del acto sexual. Si el hombre está encima, se debe vigilar que éste no cargue todo su peso en el abdomen de la mujer. La penetración de lado también es cómoda.

Cambios durante el tercer trimestre

De nuevo disminuye el deseo sexual, ya que:

  1. El aumento del tamaño de la barriga probablemente comportará hacer alguna adaptación en las posturas.
  2. La ansiedad producida por el inminente nacimiento puede afectar al deseo sexual y también al del futuro padre.
  3. Puede existir cierto temor a dañar al bebé, sobre todo por parte del hombre. Recuerda que el bebé está muy protegido dentro del útero, por la bolsa amniótica y la musculatura abdominal. Es normal que el bebé se mueva durante la relación en respuesta a las hormonas segregadas en el momento del orgasmo por la mamá.

Ventajas de las relaciones sexuales en el embarazo

  1. No se necesita método anticonceptivo (salvo que se precise usar preservativo por riesgo de contagio).
  2. Las parejas que han recurrido a tratamientos de fertilidad y que han tenido que someter a horarios el coito ahora disfrutan más de las relaciones sexuales, que ya no están condicionadas.
  3. El semen y las prostaglandinas segregadas en el orgasmo también pueden producir leves contracciones y ayudar al inicio del `parto.
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