En la actualidad, las mujeres no sólo demandan atención de los problemas ginecológicos habituales como puede ser la dismenorrea, los desarreglos menstruales o las alteraciones hormonales, entre otros, sino que están pendientes de su estética íntima y de mejorar su salud sexual.
El axioma de la ginecología estética es: “Todo lo que se puede hacer en la cara se puede hacer en la vulva”.
A partir de los 30 años, ya se empiezan a manifestar los primeros cambios en la zona genital y a los 50 años ya se manifiestan claramente.
Nuestro objetivo es prevenir este deterioro, empezando precozmente con los tratamientos y, en los casos en que ya hay problemas, tratarlos para que la paciente experimente mejoría de la función genital, recupere la vitalidad perdida y mantenga su vida sexual de forma satisfactoria.
Uno de los tratamientos que forman parte del llamado “antiaging íntimo” es la inyección de plasma rico en plaquetas.
Se trata de un tratamiento biológico, no quirúrgico, que se puede practicar en la consulta, siempre cumpliendo las condiciones de seguridad impuestas por la Agencia Española del Medicamento.
Las terapias biológicas estimulan y aceleran el proceso natural de regeneración de la zona genital deteriorada o envejecida.
Tienen varios efectos: mitogénico, angiogénico, antiinflamatorio, bacteriostático, inductor de síntesis de colágeno y proteoglicano. Su resultado en la práctica será notar mayor hidratación y lubricación genital, mejor calidad de la piel de los genitales, aumento de la sensibilidad de la zona, de manera que el goce sexual es mayor, y disminución o desaparición del picor.
El plasma rico en plaquetas es la fracción de la sangre que se obtiene al centrifugar la sangre que se extrae del propio paciente.
Tiene una concentración de plaquetas 4 veces mayor que la de nuestra sangre.
Tras ser activado, se inyecta en el área que se desea tratar y los factores de crecimiento liberados por las plaquetas estimulan los fibroblastos que se encargan de fabricar colágeno, elastina y ácido hialurónico, sustancias necesarias para mantener la estructura de los tejidos. También se forman nuevos vasos sanguíneos y nuevas células.
No hay problemas de toxicidad ni de reacciones alérgicas, puesto que se trata de sangre de la propia paciente.
No es un procedimiento molesto, ya que la aguja que se emplea es muy fina y previamente aplicamos pomada anestésica.
Los únicos efectos secundarios que pueden aparecer son pequeños hematomas o una pequeña molestia que pude durar algunos días.
Se puede reanudar la vida normal inmediatamente y se pueden tener relaciones sexuales a las 24-48 horas.
El número de sesiones necesarias depende del caso, pero lo ideal es hacer unas tres sesiones al año.