Es importante que seas consciente de que el parto duele, sí, tanto en la dilatación como en el expulsivo. Antiguamente, la mujer sólo podía aceptar los dolores del parto, sufrirlos y parir.

No tenía opciones. Pero esta falta de medios le daba unas ventajas respecto a las actuales: su tolerancia era mayor porque ¡no tenía otra opción!

Actualmente, la mujer sí puede elegir, según sus preferencias, su grado de tolerancia o sus vivencias en partos anteriores.

La decisión tomada, junto con tu pareja, siempre será respetable, siempre será la mejor, porque así lo habéis decidido, de forma consensuada con tu ginecóloga.

La mayoría de técnicas que se utilizan actualmente tienen la finalidad de eliminar por completo el dolor, en mayor o menor grado, o minimizarlo porque relajamos la musculatura o reducimos el nivel de ansiedad.

Reducimos el nivel de ansiedad

  • Creando un ambiente relajado
  • Posibilitando la movilización, en la medida en que sea posible (la anestesia epidural lo imposibilita en la mayoría de las ocasiones).
  • Escuchar música
  • Estando acompañada, por supuesto, por tu pareja o la persona que elijas.
  • Aplicando técnicas de relajación (como la respiración) que has aprendido en las clases de preparación con el equipo de matronas

Relajamos la musculatura, e indirectamente, reducimos la ansiedad

  • Con masajes en la columna (lo aprende tu pareja en las clases de preparación al parto)
  • Hidroterapia: dilatación en bañera
  • Realizando movimientos circulatorios y de delante hacia atrás, sentada en una pelota. Esta técnica, además, ayuda a que la cabeza se encaje más fácilmente.

 

Minimizamos o eliminamos el dolor

  • Con fármacos analgésicos administrados de forma endovenosa o intramuscular en las primeras fases del parto
  • Con óxido nitroso inhalado o también llamado “gas de la risa”, que ha demostrado su inocuidad para la madre y el bebé
  • Con anestesia raquídea o raquianestesia.

Se administran fármacos anestésicos o mórficos, en el espacio intradural, a nivel lumbar, entre 2 vértebras, mediante punción con una aguja muy fina.

Es aplicada por el equipo de anestesia del Hospital. Su efecto es casi inmediato

Tiene una duración limitada, unas 2 horas, por ello la utilizamos si el parto está en fase muy avanzada o vamos a realizar una cesárea.

  • Con anestesia epidural

Actualmente es una de las técnicas que más se utiliza en los partos, ya que produce el alivio del dolor más eficaz.

Este tipo de anestesia consiste en administrar fármacos anestésicos en el espacio epidural (entre dos vértebras), a través de un catéter fino, por el cual se administra el fármaco de forma continua, consiguiendo un bloqueo del hemicuerpo inferior, eliminando el dolor que desencadenan las contracciones en la fase activa del parto.

La eficacia analgésica se consigue en unos 15-20 minutos, no de forma inmediata, como la anestesia raquídea.

La dosis se controla con una bomba de perfusión que facilita la administración durante todo el tiempo que se necesite. Es aplicada por el equipo de anestesia del Hospital

El momento ideal de aplicarla es cuando el parto está ya instaurado, es decir, cuando ya hemos conseguido una dilatación e unos 3 cm con un cuello borrado.

Finalizado el parto, se retira el catéter, y la sensibilidad se recuperará en unas horas.

Es una técnica muy segura, tanto para la madre como para el bebé y  es la que consigue eliminar el dolor de forma total en la gran mayoría de ocasiones.

Como efectos secundarios más frecuentes se han observado hipotensión, temblores y dolor de cabeza (en un 1% de los casos). Todos ellos pueden ser prevenidos/tratados si fuera  necesario.

Como inconvenientes, se asocia con un aumento en la duración del periodo expulsivo (el momento de nacer el bebé) y en un 3% de partos instrumentados.

Finalmente quiero transmitiros que el parto tiene que ser y es uno de los momentos más maravillosos de vuestra vida.

Vivirlo de la mejor forma, y, a poder ser, sin dolor, es una opción que tenemos a nuestro alcance y debemos aprovecharla.

Decidir cómo vivir este momento es una decisión vuestra, y, acompañaros, en ése momento, nuestro deseo.

 

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