Suele decirse que, si deseas algo mucha intensidad, tu sueño termina por hacerse realidad. Así nació el proyecto Gynenova, como el sueño de cuatro ginecólogas con el objetivo común de crear en Castellón un espacio especial, diferente y personalizado que permitiera atender a las pacientes con mimo y exclusividad.

 
Tres mujeres estupendas me acompañaron y acompañan en este sueño: las doctoras Teresa Aznar, Pilar Benlloch y Victoria Prada.
Recuerdo, como si de una película se tratara, todos y cada uno de los detalles de cómo ese sueño llegó a ser una realidad. Desde la elección del local a los esfuerzos por adaptarlo a las necesidades de Ginecología y Obstetricia y la ilusión con la que las cuatro participamos en la elección de todo. Del color de las paredes hasta la ubicación estratégica de los cuadros, quisimos crear un entorno armónico, luminoso, que diera sensación de paz a las mujeres que visitaran nuestro centro.
El camino no fue del todo fácil. Digamos que poner de acuerdo a cuatro mujeres en cuestión de decoración es complicado, pero no imposible, porque al final lo conseguimos.
Igual derrotero siguieron la elección del material médico y los ecógrafos. En el caso de estos últimos, el proceso fue inimaginable, probamos muchísimos porque queríamos lograr las mejores imágenes, las mejores fotografías y la mejor calidad. Hay bromas de aquella época que aún recorren los pasillos de Gynenova.

Entre las cuatro creamos también nuestro sistema informático. Las doctoras Aznar y Prada crearon el de obstetricia y la doctora Benlloch y yo nos encargamos del de ginecología. Para nosotras era importantísimo que ese sistema estuviera hecho a nuestra medida, ya que se trataba del informe que entregaríamos a nuestras pacientes y la capeta que tendrían de recuerdo en caso de embarazo.
Cada una de las cuatro pusimos lo mejor de nosotras mismas, en cuanto a creatividad, ideas, fuerza de voluntad y sacrificio personal, para que Gynenova sea lo que es hoy en día.

 
Tras 16 años de trayectoria al lado de mis queridas compañeras, sigo admirándolas como el primer día por su sacrificio, por su entrega, por su amor y su dedicación, por correr ante cada urgencia, por resolver con grandísima profesionalidad y responsabilidad todas las complicaciones que se pueden presentar en el ejercicio profesional y por hacer de nuestras pacientes nuestra meta y de Gynenova nuestro objetivo.
Eso es para mí Gynenova: un sueño de cuatro mujeres ginecólogas que lucharon y luchan por dar la mejor atención posible a otras mujeres.